El coronavirus, las bolsas, las tasas y el peso.
¿Se ha preguntado el porqué están cayendo las bolsas, bajando las tasas y subiendo el peso? Todas esas variables económicas están relacionadas.
Veamos que pasó en las últimas semanas. El lunes 24 de febrero, a las 6 de la mañana, tiempo de Ginebra, el Director General de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom, dio una conferencia de prensa. A ese momento, informó que China había reportado 77,362 casos del COVID-19 incluyendo 2,618 muertes.
Sin embargo, lo que prendió las alarmas financieras fue la siguiente declaración: “Nuestra decisión sobre si usar la palabra “pandemia” para describir una epidemia se basa en una evaluación continua de la propagación geográfica del virus, la gravedad de la enfermedad que causa y el impacto que tiene en toda la sociedad.
Por el momento, no estamos presenciando la propagación mundial incontenible de este virus… ¿Este virus tiene potencial pandémico? Por supuesto que sí. ¿Ya llegamos? De nuestra evaluación, todavía no.”
¿Por qué afecta tanto financieramente? Stratfor deja claro la magnitud de la interconexión entre China y el resto del mundo. Estiman que alrededor de 51,000 empresas en el mundo dependen de proveedores chinos Tier 1 pero que más de 5 millones de compañías están interrelacionadas en las cadenas productivas con proveedores chinos. Además, “… estimaciones cuantifican las perdidas entre US$ 160 y 280 mil millones reduciendo un 0.1% – 0.3% del PIB global. Moody’s … redujo su pronóstico de 2020 para China de 5.8% a 5.2%.”
Utilizando la metodología de flujos de efectivo descontados para el cálculo del valor intrínseco de una acción -métricas básica para recomendar compra o venta de una acción, los ajustes serían en dos sentidos: reducción de los ingresos de las compañías y un incremento en la tasa de descuento. Doble golpe al precio de una acción por lo que, “antes de que siga cayendo” se vende -posiblemente con pérdida-.
De acuerdo a The Economist: “El año pasado fue el mejor año para las acciones desde 2009, con el índice MSCI mundial que ganó 24%. Esta semana…El índice Topix de Japón cayó 9,7%; el Euro Stoxx 50, menos 12,4% y el S&P 500, menos 11,5%, su mayor pérdida semanal desde 2008.” Lo mismo para la BMV.
Los recursos obtenidos por las ventas de las acciones, se van a los “safe havens”: los treasuries y el oro. Al demandar más treasuries, subirá su precio bajando su tasa. El viernes, la tasa del bono de 10 años presentó su nivel más bajo -un record- en el intradía de 1.150%.
El Presidente del FED, Jerome Powell salió a decirle a los mercados que “los fundamentales de la economía americana permanecen fuertes. Sin embargo, el coronavirus presenta riesgos … a la actividad económica… Usaremos las herramientas y actuaremos de manera apropiada para dar soporte a la economía”.
El salto de la tasa de treasuries a los Cetes, pasa por el efecto internacional de Fisher, por el que los tipos de cambio spot y forward, así como las tasas de interés entre dos países – México y Estados Unidos- se ajustan entre sí. De esta manera se afecta el tipo de cambio y las tasas de interés en México.
No somos una isla perdida en el océano que no tiene contacto con el mundo civilizado. Somos parte de la economía mundial -y bastante importante, por cierto- al ocupar el onceavo lugar mundial. Además de la relación comercial con Estados Unidos, al contar con tasas y tipos de cambio fijados libremente, libre flujo de divisas y un mercado de derivados desarrollado, nos interconecta todavía más.
Somos parte del club.
Publicado originalmente en El Financiero el 9 de Marzo de 2020.